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FeLV

 

VIRUS DE LA LEUCEMIA FELINA (FeLV).

El  virus de la leucemia felina (FeLV) es una causa de enfermedad común e  importante que provoca incluso la muerte en los gatos. Los gatos que están  permanentemente infectados por este virus corren el riesgo de desarrollar  patologías graves como anemia y cáncer. Entre el 80 y 90 por ciento de los  gatos infectados mueren entre 6 meses y 3 años de haber sido diagnosticados del  virus de la leucemia.
El efecto más común de la infección  es la inmunosupresión. El virus infecta células del sistema inmunitario (serie  blanca de la sangre o leucocitos) destruyéndolas o dañándolas. Esto deja al  gato expuesto a una gran variedad de otras enfermedades e infecciones  (infecciones secundarias). El virus de la leucemia felina pertenece a la misma  familia que el virus de la inmunodeficiencia felina.

 

¿CUÁL ES EL RIESGO?

El  FeLV es un virus frágil que no sobrevive mucho tiempo en el ambiente, por eso  la diseminación de la enfermedad se produce entre los gatos mediante un  contacto cercano y prolongado. Por esta razón la infección es más común en  situaciones donde hay una alta densidad de población de gatos. Está estimado  que un 1 ó 2 por ciento de los gatos del Reino Unido  están  infectados de FeLV, en España las cifras son similares. Este porcentaje tiende  a ser más alto en colectividades de gatos en la ciudad y más bajo en las  poblaciones de gatos en entorno rural. En las casas con más de un gato y en  criaderos o colectividades donde la infección es endémica (que está presente de  forma constante en la casa) pueden estar infectados más del 30% de los gatos. Los gatos jóvenes, particularmente  los menores de 6 meses, son especialmente vulnerables de padecer una infección  persistente.

 

¿CÓMO SE PRODUCE CONTAGIO?

La mayor concentración de virus se  presenta en la saliva de un gato infectado de forma permanente. El virus se  disemina por hábitos donde hay intercambio de saliva entre los gatos, como el  acicalamiento o compartir el comedero y el bebedero.
Alternativamente, la infección por  FeLV  puede estar causada por mordeduras  o por contacto con orina y heces que contengan el virus. También es posible que  el virus pase de la madre a los cachorros durante la gestación o a través de la  leche materna infectada. Sin embargo, no es frecuente que los gatos infectados  por FeLV den a luz ya que el virus normalmente causa muerte prenatal de los  cachorros provocando reabsorciones o abortos.


No todos los gatos que se exponen al  virus de la leucemia llegan a estar infectados de forma persistente. Puede que  no hayan sido expuestos a una suficiente cantidad de virus o que su sistema  inmune haya eliminado con éxito la infección. La mayoría de los gatos se  infectan por la entrada de virus vía bucal o nasal. El virus se multiplica en  esas zonas antes de diseminarse por el torrente sanguíneo al resto del cuerpo  sobre todo a la médula ósea. Si el gato es capaz de eliminar el virus, lo hace  durante las etapas iniciales de la infección (4-12 semanas). Una vez que la  infección llega a médula ósea el gato permanece infectado el resto de su vida.  Muy raramente la infección por FeLV puede limitarse a ciertas partes del cuerpo  como el tejido mamario. Eso es conocido como infección localizada.

SIGNOS Y SÍNTOMAS.

 

En un gato infectado por FeLV se  desarrollan diferentes tipos de enfermedad recurrente y/o crónica. Hay un  progresivo deterioro de su estado. Los signos clínicos son muy diversos  incluyendo fiebre, letargia, pérdida de apetito y de peso. También son comunes  los signos respiratorios, de piel e intestinales. Los gatos pueden sufrir  varias enfermedades al mismo tiempo. En un 25% de los gatos infectados se  produce anemia. El virus puede infectar a la serie roja en la médula ósea  causando la reducción de los hematíes o una producción de eritrocitos anormal  que no funcionan adecuadamente. En otros casos, se produce la destrucción de  los eritrocitos por el propio sistema inmune del gato a causa del virus. Los  gatos anémicos presentan signos clínicos como letargia y debilidad.
En el 15% de los gatos infectados se  produce cáncer. El más común es el linfoma, un cáncer de los linfocitos (un  tipo de células blancas) que provoca tumores sólidos o leucemia (tumor en las  células del torrente sanguíneo). Los tumores sólidos pueden verse en varios  sitios incluyendo intestino, riñones, ojos y cámara nasal. En el linfoma  multicéntrico el tumor afecta a múltiples nódulos linfáticos y otros órganos.

 

TRATAMIENTO DE LA INFECCIÓN POR FeLV.

A menudo no hay un tratamiento que  sea capaz de eliminar la infección por FeLV. El tratamiento debe ir dirigido al  mantenimiento de la calidad de vida y el manejo de los efectos de la infección  como la inmunosupresión, la anemia o el cáncer.
Unos cuidados de mantenimiento  temprano y efectivo junto con el manejo de las infecciones secundarias son  esenciales para el gato enfermo que es positivo a FeLV. Por el fallo del  sistema inmune se necesitan tratamientos con antibióticos más largos ya que la  respuesta al tratamiento es más lenta y con menos éxito.


El control de los síntomas puede  necesitar tratamientos inespecíficos como corticoesteroides, esteroides  anabolizantes y multivitaminas (las cuales estimulan el apetito). Los  tratamientos antivirales usados en personas con VIH (SIDA), como el AZT, no  parece beneficiar a los gatos infectados por FeLV. Hay publicaciones  anecdóticas sobre el uso del interferón recombinante felino, recientemente  registrado, en el tratamiento de la leucemia felina. En este punto, el efecto  del medicamento es controvertido hasta que nuevas evidencias científicas estén  disponibles, aunque parece que las expectativas son buenas. Algunos gatos con linfoma pueden presentar mejoras  transitorias cuando se tratan con fármacos anticancerígenos. Esto implica un  cierto número de medicamentos administrados vía oral e inyectables.

 

MANTENIMIENTO DE LA SALUD.

Los gatos con infección por FeLV no  deberían comer carne cruda por aumentar el riesgo de infección por Toxoplasma  gondii. Este parásito normalmente es sólo un problema en gatos inmunodeprimidos,  causando uveítis (inflamación de la estructura interna del ojo), signos  neurológicos como convulsiones  y ataxia  (como andar bebido).
Se recomienda la vacunación contra Herpesvirus  y Calicivirus (causantes de la gripe felina) y la panleucopenia en gatos en  situación de alto riesgo, como en un hospital veterinario y en concentraciones  de gatos (criaderos y protectoras). Se recomienda el tratamiento para pulgas  para minimizar el riesgo de transmisión de Mycoplasma  haemofelis (parásito sanguíneo que causa anemia). EL tratamiento rutinario  frente a parásitos intestinales también es importante.

 

VACUNACIÓN.

Hay múltiples vacunas disponibles  para FeLV. La finalidad de estas es prevenir que los gatos expuestos al virus  lleguen a estar infectados de forma permanente. Todas las vacunas pretenden  estimular una respuesta inmune satisfactoria frente al virus de la leucemia  felina. Desgraciadamente, ninguna vacuna tiene un 100% de protección efectiva  contra la infección. La vacunación se recomienda en situaciones donde los gatos  tiene un alto riesgo de exposición al virus. Así se incluyen los gatos con  libertad de movimiento al exterior y aquellos en contacto con individuos  potencialmente infectados.
Es importante no asumir que un gato  vacunado está libre de infección, sobre todo en aquellas situaciones donde es  importante conocer el estado de FeLV del gato (por ejemplo al introducir un  gato nuevo en un criadero). Es vital que un certificado de vacunación no  sustituya a un test de FeLV negativo. La vacunación de los gatos no interfiere  con el test del virus en sangre.
La falta de una vacuna totalmente  efectiva significa que no es admisible juntar conscientemente un gato infectado  de FeLV con un gato vacunado no infectado.

 

CONTROL DE LA ENFERMEDAD.

Como el virus es altamente  infeccioso y transmitido por un contacto cercano y prolongado, los otros gatos  en la casa están en riesgo de llegar a infectarse a través del acicalamiento  mutuo y compartiendo los comederos y los bebederos. Los gatos no infectados  deben ser alejados de los gatos persistentemente infectados donde sea posible.  También es recomendable que los gatos FeLV positivos permanezcan en el interior  de la casa para minimizar el contagio de otros gatos en el área. Esto puede ser  difícil en los gatos que no toleran el permanecer en el interior  permanentemente. Es importante sopesar cuidadosamente los riesgos (de tu propio  gato y de los otros) con las implicaciones del bienestar. Es factible cercar el  jardín o construir un camino donde los gatos puedan salir fuera y de ese modo  prevenir cualquier riesgo para tu gato u otros.
En los criaderos el sistema “testar  y eliminar” es muy satisfactorio para eliminar las infecciones por FeLV. Este  sistema consiste en testar de FeLV a todos los gatos y separar a los que den  positivo en el test. A las 12-16 semanas, todos los gatos se testan de nuevo ya  que algunos gatos inicialmente negativos pueden haber estado incubando la  enfermedad y algunos de los positivos pueden haber estado transitoriamente  infectados con la subsecuente eliminación del virus. Cualquier gato  repetidamente testado como positivo debe de ser eliminado del grupo y solo  aquellos con los dos test negativos son aceptados. Todas las nuevas  introducciones en la colonia, vacunados o no, se deben analizar de FeLV antes  de juntarlos con los demás del grupo.
Por otro lado, los gatos solos que  viven en el interior no deberían tener ningún riesgo de exposición a FeLV. Sin  embargo es posible que un gato adulto, aislado de otros gatos, llegue a padecer  la enfermedad a partir de una infección producida a lo largo de su vida, incluso  desde su infancia. Esto puede explicar el curso prolongado de la infección por  FeLV. Si un cachorro es infectado por alguno de sus progenitores antes de la  llegada a casa, los signos de la infección pueden desarrollarse meses o años  después de haberse producido la infección. El riesgo de contagio en  exposiciones felinas es mínimo.

 

DIAGNÓSTICO DE LA INFECCIÓN POR FeLV.

Los veterinarios usan kits  diagnósticos para detectar unas proteínas virales (p27) presentes en el  torrente sanguíneo de los gatos infectados. A menudo los kits diagnostican la  infección por el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV) simultáneamente ya  que muchos de los signos clínicos de la infección por FIV con similares a los  de FeLV. A veces aparecen falsos positivos o negativos, por eso es importante  confirmar el test si el resultado obtenido no es el esperado. Esto es  especialmente importante en los resultados positivos obtenidos en gatos sanos y  en los resultados negativos controvertidos obtenidos en los gatos enfermos con  signos compatibles con infección por FeLV.


Para confirmar el test se pueden  realizar:

 

  • Aislamiento del virus: detectar el  virus en plasma sanguíneo

  • Inmunofluorescencia: este test  detecta antígenos virales (proteínas) en leucocitos (células blancas)

  • PCR: detecta material genético del  virus, pero sólo está disponible en algunos laboratorios especializados.

 

Mientras  se está pendiente de confirmar el resultado, el gato debe estar aislado para  evitar el posible riesgo de transmisión a otros gatos. Los veterinarios  generalmente usan este protocolo para el test:

 

  • Si el test de antígeno es negativo  en un test clínico, hay una alta probabilidad de que realmente sea negativo.

  • Si el test de antígeno es positivo  con un test clínico en un gato sano,  se  vuelve a analizar con un test confirmatorio.

  • Si el test de antígeno del gato es  positivo pero negativo en el test de confirmación, se vuelve a analizar al gato  a las 12 semanas para confirmar el estado de la infección.

 

ANÁLISIS DE LOS GATOS.

Idealmente,  todos los gatos que entran en un  criadero deberían ser analizados del virus de la leucemia.

 

PRONÓSTICO DE LOS GATOS INFECTADOS.

El pronóstico para un gato enfermo  positivo a FeLV no es bueno; los problemas asociados a la enfermedad son  normalmente serios. Para los gatos que son positivos a FeLV pero están sanos en  el momento del diagnóstico, el pronóstico es reservado. La mayoría de estos  gatos desarrollan un problema grave asociado a la leucemia, sin embargo el  tiempo en el que esto ocurre puede ser variable (meses o años). Es vital para  estos gatos permanecer aislados para prevenir posibles transmisiones de la  infección por FeLV a otros gatos y secundariamente para que el gato positivo no  contraiga infecciones; si esto no pudiera ser posible (ni tampoco fuese posible  encontrarle un nuevo hogar donde si pudieran tomar estas precauciones) la  eutanasia debería considerarse como opción.

Recuerda que si traes nuevo gatito a casa no lo presentes al resto de los mininos. Hazle la prueba del FeLV.

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